En La Boca un Astillero es Convertido en Teatro Barrial

Desde los conventillos, las pulperías, el lunfardo, el barrio de la Boca siempre fue lugar de mixturas. Grandes estructuras construyen caminos, puentes, fábricas, mientras que la escala baja hace al habitar.

Una domesticidad que es también colectividad, pues en los conventillos y en las calles se funden lo público y lo íntimo, lo propio y lo compartido. Esto implica modos de vivir el barrio, una dinámica latente de construcciones y encuentros, de un proceso inacabado, una constante transformación.

El ejercicio proponía proyectar un teatro en un astillero: una estructura de pórticos que, con sus máquinas y puente grúa, plantea una forma propia de funcionar. Un lugar donde es necesario circular en altura, donde a la estructura del galpón se le superpone la que permite sostener la embarcación.

¿Cómo traducir esto a una forma de hacer teatro? Grotowski decía que el teatro es “lo que sucede entre el actor y el espectador”. No es una escena neutra, sino que hay que entender que cada función se construye entre el actor, el público y el lugar. Se crea un espacio maquínico, sin una forma preestablecida, que expone sus mecanismos y que, como los cuerpos, puede estar en continuo movimiento; y una disposición en forma de “calles” vuelve a la sala central el corazón del teatro, el patio del conventillo.

Me propuse, entonces, romper con la delimitación clásica entre el observador y lo observado para que, como en el Teatro Caminito de Madanes, la calle, el galpón y la gente se vuelvan parte de la obra de teatro.

En el barrio de La Boca existe una gran tradición cultural: pintura, escultura, música y teatro. Caminito da cuenta de esta tradición, iniciada por Quinquela Martín y el dramaturgo Cecilio Madanes, que juntos fundaron el Teatro Caminito. En la Boca también hay una gran tradición industrial como la de los astilleros.

En el año 2017, en el Taller AVB, FADU-UBA, en la materia Proyecto Arquitectónico, desarrollamos un teatro para el barrio tomando esta tradición histriónica e histórica.

Propusimos la reutilización de un astillero existente y en desuso. Aprovechamos esa vieja y enorme estructura para reconvertirla en un nuevo uso.Estudiamos su sostenibilidad estructural y simbólica.

El Teatro Caminito, el original, estaba protegido y cobijado por el mismo pasaje, por su arquitectura y por el cielo. Para su propuesta, Natalia Felder une ese concepto de teatro barrial con el galpón/astillero y resignifica ambos. Ahora, la bóveda de hormigón con sus mecanismos, cobija y da vida al nuevo Teatro Caminito, lo pone en marcha nuevamente.

Las gradas son telescópicas y se adaptan a diferentes propuestas escénicas. Los paneles de cierre de la sala se mueven como gigantescas celosías. El viejo puente grúa amarillo sirve para mover las escenografías o para ser parte de alguna obra, es un actor artefacto en este nuevo teatro re-movilizado. El teatro que propone es flexible y muy conectado con la calle. Un teatro que se opone a lo estático. Toma lo vital del astillero y la calle: el movimiento.

Ficha Técnica
Autora. Natalia Felder Materia. Proyecto Arquitectónico (año 2017) Cátedra. Taller AVB, FADU- UBA Docentes. Lucas Gilardi, Magdalena Tagliabue.

Fuente : Clarin Arq.